La polémica está servida, que prefieren en su autolavado, equipos de cepillos o equipos de agua a alta presión.
Ambas opciones tienen sus defensores y sus detractores, y lógicamente sus pros y contras.
Para los amantes de los sistemas de alta presión, (ej. Hidrolimpiadoras Elite), los sistemas de agua a presión minimizan los posibles daños obre las carrocerías de los vehículos, y deterioran más lentamente los barnices de las pinturas de los automóviles.
Sin embrago los fans de los cepillos destacan la profundidad de la limpieza y afirman que con los nuevos cepillos de espuma o textiles, las carrocerías no sufren tantos daños, a lo que responden los forofos de la alta presión que los sistemas de friccion siempre inciden sobre las carrocerías, además que el mantenimiento de los cepillos puede resultar bastante caro.
¿Pero cual es la opinión de los consumidores?
Los consumidores, mayoritariamente, prefieren limpiar su automóvil con agua a alta presión, pero valoran de los Autolavados con cepillos, la comodidad (en Europa todavía no hay una implantación suficiente de los sistemas automáticos de limpieza con agua a alta presión), la profundidad de la limpieza y la terminación del automóvil.
¿Y como acertar?
En los climas benignos, (como en la mayoría en España), la respuesta es sin duda comenzar con lavado de agua a alta presión, en cualquiera de sus variantes. Tampoco está de más, si la superficie lo permite, la implantación de un sistema de cepillos, evitando, claro está, los cepillos tradicionales de pelos de nylon, y optando por sistemas de textil o espuma.
También es conveniente recordar, que los costes de mantenimiento de los sistemas automáticos son muy elevados, y que son mucho más rentables los sistemas de arrastre (túneles/ trenes), que los sistemas de vaivén (puentes), de manera que los costes de mantenimiento, son proporcionalmente mucho más bajos.
Ahora bien si lo que queremos es un centro sin problemas y que se pueda dejar solo, no se lo piense, las pistas de lavado autoservicio son su opción.