Me reuní con nuestro representante para el lejano oriente, y hablando sobre el tema de autolavado me dijo… “Arturo, en mi zona es muy raro encontrarse puentes de lavado con cepillos no son nada rentables, las mayores rentabilidades las da el lavado con operarios con agua a alta presión”
Esa aseveración al principio me extraño, pero como hay que procurar ser de mente abierta (y mas cuando tratamos con gente proveniente de culturas milenarias), al llegar a mi casa hice un pequeño calculo y ¡oh sorpresa! Tenía mucha razón.
Hice el cálculo contando costes de equipo, mantenimiento y personal y resultó que:
- Para un puente de lavado con cepillos te pegas un año de trabajo para el fabricante
- El mantenimiento resulta muy costoso
- No se puede cobrar lo mismo con un lavado “a mano” que con uno automático.
De manera que el centro de lavado más rentable era el compuesto por un equipo de lavado a presión doble, con cuatro operarios, 2 brazos giratorios, osmosis y dos aspiradores para interior.