Sin duda uno de los grandes gastos en los sistemas de limpieza son los gastos en agua caliente ¿Cómo minimizar esos gastos?
Para comenzar debemos de irnos al corazón de a instalación: la caldera.
Los sistemas que requieren una gran potencia calorífica suelen tener instaladas calderas de gasoil, fuel o gases licuados del petróleo. Como primer paso revise y mantenga siempre su caldera en condiciones optimas de uso, hágalas revisar por lo menos una vez al año por un técnico en calefacción. Una caldera que quema bien es una caldera que ahorra combustible.
También puede ser conveniente estudiar, en los casos en los que sea posible, la instalación de sistemas de cogeneración, colectores solares o calderas de biomasa.
En cuanto al resto de la instalación es conveniente el aislamiento de las conducciones de agua, tanto de entrada, como de salida, así como el dimensionado correcto de las bombas de agua a alta presión y las boquillas de las lanzas. Una boquilla que nos tire un litro de más de agua por minuto, supone un gasto de gasoil de 10 litros cada ocho horas de trabajo.
Asimismo procure evitar cualquier fuga de agua, reparándola en el preciso instante en el que sea detectada. Y por supuesto substituyan con frecuencia los presostatos y termostatos del equipo, procurando que sean lo más precisos posible.