Para un correcto rociado en las labores de limpieza se emplean las lanzas y las empuñaduras.
Las empuñaduras sirven para sujetar la lanza o la boquilla, y pueden ser con gatillo de corte o sin gatillo. Los gatillos suelen llevar un freno que permita evitar aperturas incontroladas.
El gatillo actua sobre una valvula, que puede ser de accion directa o bien servoasistida para equipos de potencias elevadas.
Por el tipo de cierre se pueden calsificar en:
- sin gatillo o de paso libre
- de cierre total
- Perdentes o lloronas a alta presión
- Perdentes o lloronas a baja presión
Las empuñaduras perdentes permiten la salida de una pequeña parte del fluido, realizando un cierre parcial del paso de agua.
A las empuñaduras se puede conectar directamente la boquilla o bien una prolongación, que es lo que llamamos lanza.
Las lanzas cumplen el cometido de evitar rociaduras o bien de facilitar el acercamiento del chorro de agua a alta presión a lugares inaccesibles.